Editoriales

Gaceta

Por: Raúl Terrazas Barraza

*Propuestas de campaña, factor de voto

La definición de las alianzas y de la competencia que se armará una vez que lleguen las campañas campañas para cambiar de Gobernador en Tamaulipas quedó bien establecida en la entidad. Ya todo mundo sabe que solo habrá tres candidatos en la boleta y que los que buscaron la autorización del IETAM para postularse como independientes, quedará en nada ya que este jueves vence el plazo para la búsqueda de apoyos ciudadanos y ninguno pasará esa prueba.

Se aclaró además que no habrá otro registro de candidato por el Partido Movimiento de Regeneración Nacional, como lo hizo saber hace unos días el ciudadano evil de la capital del país, Alejandro Rojas Díaz y que será el único abanderado de esa organización política el Senador con licencia Américo Villarreal Anaya.

Este período de precampañas no dio espacio para propuestas que las personas que acudirán a las urnas el cinco de junio venidero puedan identificar con facilidad para decir que comprometieron el sufragio.

Eso sí, quedan sentadas las bases para creer que se espera una contienda reñida entre los dos candidatos de las coaliciones, en tanto que el otro, del Partido Movimiento Ciudadano, seguro que no logrará los niveles de votos que aporta siempre el Diputado local plurinominal Gustavo Cárdenas Gutiérrez a los partidos por los cuales compite y como ya lo hizo con este.

Las campañas que se llevarán a cabo de los primeros de abril a los primeros de junio, tendrán una gran intensidad y quizá para la mitad de ellas, es decir en mayo, pueda marcarse la tendencia que podría darse en la votación, por tanto, estrategia y propuestas deben de ser claras, contundentes y asegurar votos, muchos votos porque entre mayor sea la diferencia de votos, menos líos habrá por los sufragios y de esto sabe el candidato de Regeneración Nacional, porque en el 2018, tuvo que contar y recontar para llevarse el triunfo sobre su contrincante del PAN.

Se supone que la gente de Tamaulipas identifica ya la intensidad de los dos colores que estarán en la publicidad de las campañas, es decir, el azul con rojo y amarillo de la coalición Va por Tamaulipas, el guinda con verde de la, Juntos Haremos Historia y el naranja del Movimiento Ciudadano, sin embargo, será la identificación de las propuestas aquello que haga la diferencia de ir o no ir a las urnas o de votar por el mejor plan de acción que presenten en los foros a los que acudan para buscar el respaldo de los votantes.

También será la movilidad de los candidatos aquello que reditúe sufragios y aunque no pueden estar en todas partes todo el tiempo, deberán nombrar interlocutores que puedan llevar mensajes a aquellas partes de la población que están definidas a ir a las urnas y que saben de disciplina a la hora de sufragar.

Los equipos de campañas se verán obligados a dibujar muchos escenarios, sin perder de vista que en el último tercio de las campañas campaña aparecerá la fase del golpeteo que se conoce como campaña negra, porque los candidatos tratarán de ganar adeptos por la vía del ataque y de la denostación, algo que es válido, porque se trata de una confrontación política, aunque con limitantes previstas en la legislación electoral, misma que no permite la ofensa.

Es probable que el porcentaje de participación ciudadana en las urnas del 2016, cuando se eligió al actual gobernador, no se alcance en la competencia de este 2022, porque la estrategia de campaña no se parece nada a la de entonces, ahora se trata de demostrar que las administraciones púbicas nacional y de otras entidades del país no son correctas y que debe de mantenerse la misma línea de quienes ganaron la gubernatura hace casi seis años.

Ahora se trata por parte de la coalición Va por Tamaulipas de demostrar que el gobierno actual hizo su chamba y que debe de prevalecer para evitar que la izquierda llegue al Palacio de Gobierno, porque se manejará bajo la premisa del lópezobradorismo, en tanto que, la coalición Juntos Haremos Historia pugnará por sacar de la administración estatal al panismo, para establecer una forma diferente de gobierno.

A fuerza de ser sinceros, ésta última idea no tiene la aceptación esperada en las regiones de la entidad, sin embargo, la definición del voto de los ciudadanos tendrá que llegar de forma contundente en el día D, llamado así porque es la fecha en la que ya no hay vuelta de hoja, las personas votan y deciden a quien quieren en la gubernatura de la entidad.

Bajo estas premisas, las estrategias de campaña tienen que ser frescas y los compromisos alcanzar una buena percepción en los votantes, para que pueda pensarse con optimismo en superar el 56.23 por ciento de la votación obtenida en el 2016 y que consistió en un millón 438 mil 14 votos de un listado nominal de dos millones 557 mil 228 personas que en aquel momento tenían credencial para votar con fotografía.

En la actualidad con casi dos millones 700 mil electores, ese mismo 56.23 por ciento equivale a un millón 518 mil 210 votos, que, si el ánimo de hace seis años estará difícil que se logren.

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