Editoriales

Gaceta

Por: Raúl Terrazas Barraza

*Las otras epidemias de alta mortalidad

Además de la pandemia de COVID-19, hay otras en el país que deben de preocupar a la población y tratar de responder a ellas con participación, aunque no sea al mismo nivel que los mexicanos lo hacen para evitara el contagio del coronavirus.

El asunto es que la obesidad en todos sus grados es una epidemia que requiere de manera urgente la colaboración de la población, porque en los últimos 20 años, ha crecido de manera exponencial y en la causante de un aumento de las enfermedades crónico-degenerativas, esas que, sí matan a los mexicanos, entre ellas, la diabetes, hipertensión, dislipidemias y cardiopatías.

Como la gente poco a poco cree salir victoriosa de la pandemia de COVID-19, sobre todo porque siente que colaboró mucho con las autoridades de salud federales y estatales, la información también epidemiológica de otros padecimientos que matan a muchos más mexicanos que el coronavirus, requieren en forma urgente de la participación social.

Ello, al tratarse de padecimientos que no se pueden controlar con acciones directas de salud públicas, como sucede con aquellas que son transmitidas por vector, el dengue, zika o chikungunya, las cuales, con una buena intervención de las autoridades se puede mitigar mediante patrio limpio, abatización en esos mismos lugares, fumigación intradomiciliaria y en las calles y desde luego la descacharrización, tipo como la que se lleva a cabo de manera ordinaria en esta capital y que permite sacar cosas que no sirven, pero, que se acumulan y generan riesgos para la transmisión vectorial.

Las otras epidemias, sobrepeso y obesidad, diabetes, hipertensión y alteraciones cardiovasculares, por fuerza requieren de respuesta social y esa participación cada vez se ve más lejos, la modificación de leyes y normas es la mejor opción en este momento para tratar de combatirlas, de ahí que una estricta normativa para reducir el consumo de comida chatarra gana terreno a nivel legislativo.

En las encuestas nacionales de salud y nutrición, los datos de sobrepeso y obesidad nunca bajaron, como tampoco los de sus comorbilidades, por eso algo más que subir los impuestos a las bebidas azucaradas y a los chocolates tiene que hacer y el ejemplo está en Oaxaca, entidad en la que ya existe por Ley que no se pueden vender alimentos chatarra a los menores de edad en ninguna tienda, sea en el interior de las escuela o en cualquier lugar.

A nivel nacional, también se trabaja en ello y en Tamaulipas, las Diputadas y Diputados del partido del Gobierno Federal, traen el tema y deben de enfrentar la contrariedad de los empresarios, porque ellos no quieren que los alimentos que venden sean señalados como de riesgo o de plano que no se vengan a menores, porque les dejan fuera de un segmento de la población que está convertido en clientes potenciales desde hace mucho tiempo gracias a la publicidad en medios electrónicos.

El asunto es que, los empresarios solo velan por sus ganancias y aunque saben el impacto negativo que tiene en la salud de los mexicanos, no aceptan comentarios sobre ello, porque el daño y la atención medica, medicinas y hospitalización que requieren sus clientes niños y jóvenes, cuándo son adultos, tienen que atenderse con recursos del Gobierno, ya que la reconstitución de la salud es un compromiso de la Secretaría de Salud y esta debe de invertir sus recursos en la cura de enfermedades que fueron desarrolladas a partir del consumo de productos que propician padecimiento crónico degenerativos.

La propuesta que hay en el Congreso del Estado y que es vista con buenos ojos por los diputados del Partido Acción Nacional, en virtud de que la modificación a la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Tamaulipas es adicionar un segundo, tercer y cuarto párrafo, a la Fracción VIII, para evitar el consumo de productos y bebidas de alto contenido calórico entre los niños y establecer sanciones a quien distribuya, venda, regale, suministre o proporcione a menores de edad.

También apunta la prohibición a los propietarios o encargados de cualquier establecimiento la distribución, venta, regalo o suministro de bebidas y alimentos envasados o empacados de alto contenido calórico a menores de edad en el Estado y aunque haya quienes no están de acuerdo, la verdad es que es una gran necesidad, de lo contario las tazas de mortalidad por las comorbilidades de la obesidad seguirán sin control y a la alza siempre, como ha sucedido en los últimos 20 años.

Aunque proponen que se eliminen en las instituciones educativas públicas y privadas tanto de educación básica como media superior, las máquinas expendedoras de estos productos, chatarra, más adecuado es que se prohíba que las haya en cualquier sitio de Tamaulipas.

Por su lado, el presidente de la Comisión de Salud del Congreso del Estado de Tamaulipas, Diputado y doctor Juan Liceaga Pineda, cree que la medida es buena y porque la obesidad es un serio problema de salud pública en niños y jóvenes y sí es necesario.

Los otros.

A quien se ha extrañado en las actividades de arranque que realiza el PRD en Tamaulipas, tras su rescate de las garras del grupo que manejó el nuevoladerense Jorge Valdez Vargas, es al exdiputado Pedro Alonso Pérez, quien fue uno de los ideólogos de esa institución.

Sobre todo, porque amigos suyos de lucha política como Julio César Martínez Infante y Mario Sosa Pohl aparecen en la primera línea de esta nueva batalla que quieren librar para mejorar el estatus del partido en la entidad y aportar estructura, votos y cargos para que a nivel nacional suceda igual.

A lo mejor la única explicación a la ausencia del Mtro Alonso Pérez, es que está más dedicado a asuntos relacionados con la investigación académica o de plano que, para mantener la congruencia familiar ya que algunas y algunos de ellos andan en la primera fila de las acciones del Partido Movimiento de Regeneración Nacional, el del gobierno Federal.

Para que se niega, por cuestión de imagen y de trabajo partidario si estuviese sumado el exdiputado, el equipo se sintiese más compacto, porque, aunque no aparece n la directiva su amigo el también exdiputado, Elpidio Tovar de la Cruz, sí interviene en asuntos de ideología y de estructura.

Desde luego, esa compactación llegaría a su máxima expresión si de pronto apareciese el nombre del otro Pedro, Etienne Llano, quien fuera uno de los impulsores de la izquierda en Tamaulipas y que junto con los que ahora están en el PRD estatal, hicieron una tarea con resultados ya que todos ellos, aunque sin triunfos en las urnas, pudieron tener la representación de la izquierda verdadera por la vía plurinominal durante más de 20 años.

Ver más

Artículos relacionados

Ver también
Close
Back to top button