Editoriales

Gaceta

Por: Raúl Terrazas Barraza

Altibajos en parte de los 275 años de Victoria

Los 275 años de la fundación de Ciudad Victoria, la capital de Tamaulipas y en la cual sucedieron proceso políticos y culturales que deben ser recordados porque son parte de la historia.

Es una ciudad en la que se registran altibajos en sus administraciones, en algunos casos con muchos alti, porque los alcaldes tuvieron la oportunidad de entrelazar sus acciones con las que programaban los Gobernadores de la entidad, momentos, claro está, hubo despegue en el desarrollo urbano.

Dos casos solo para recordar, en el Gobierno de Don Enrique Cárdenas González, varios funcionarios de la entonces Dirección de Obras Públicas, tenían el encargo de echarle la mano a los presidentes municipales para que la Capital tamaulipeca fuera limpia y amable. Dos alcaldes se dejaron querer para que la Capital fuera consentida del Gobernador, no le hace que algunas de sus querencias estuvieron en Soto la Marina, porque allá tenía su afamado rancho, La Marina Vieja.

Ellos fueron el licenciado Magdaleno Mata Blanco y Don Bladimir Joch González, quien conformó un equipo que estuvo muy cercano a la población y daban respuesta pronta a las demandas presentadas.

Luego, en el siguiente sexenio, el del Doctor Emilio Martínez Manautou, desde la Secretaría de Obras Públicas, pavimentaron calles por todos los sectores de la ciudad y, la Dirección de Servicios Públicos que tuvo a su cargo el ingeniero Alejandro Gil Flores y cuyo jefe fue el ingeniero Raúl Blázquez Copel, apoyo con los servicios de limpieza, mantenimiento de áreas verdes, abastecimiento de agua en pipas y bacheo, mucho bacheo.

En la administración gubernamental del licenciado Manuel Cavazos Lerma, vino la primera debacle de la capital, porque la alcaldía quedó en manos del empresario matamorense, Gustavo Cárdenas Gutiérrez y, debido al antagonismo entre ambos políticos, a Victoria no le fue bien, cambiaron un poco las cosas cuando llegó a la Alcaldía el licenciado Pascual Ruiz García, porque tendría todo el respaldo del Gobernador, sin embargo, el atraso ya había causado sus daños al progreso de la ciudad

En el siguiente sexenio, el abogado Tomás Yarrington Ruvalcaba trabajó con cuatro alcaldes capitalinos, el ingeniero Enrique Cárdenas del Avellano, su suplente el ingeniero Egidio Torre Cantú, el también ingeniero, Eugenio Hernández Flores y el licenciado José Manuel Assad Montelongo, quien concluyó esa administración con mucho apoyo, motivo por el cual, la ciudad vivió una etapa de crecimiento y atención de necesidades.

Por este mismo sendero caminó el desarrollo de la capital de Tamaulipas, porque al despachar como Gobernador, el ingeniero Hernández Flores, los alcaldes Álvaro Villanueva Perales y Arturo Diez Gutiérrez, establecieron una sincronía en positivo para obtener el respaldo de la administración estatal.

Más adelante, el contador Miguel González Salum y el licenciado Alejandro Etienne Llano, dieron pie a una efectiva coordinación con el Gobernador Egidio Torre Cantú, en el entendido de que, el compromiso con los victorenses durante ese tiempo fue al triple, porque los electores del municipio dieron su voto a los proyectos de ambos profesionistas, aunque, hay quienes creen que se pudieron mejorar muchos sectores de la ciudad, pero, se daba por contado que las administraciones municipales podrían solas y en realidad les faltó más cariño presupuestal desde Palacio de Gobierno.

Otro momento incómodo para la capital de Tamaulipas fue el fallido sexenio panista, aunque en su calidad de alcalde priísta con un gobierno estatal panista, el Contador Óscar Almaraz Smer, supo como sortear obstáculos y dificultades para lograr que el Ayuntamiento estuviera a la altura de las demandas ciudadanas e hizo una de las mejores administraciones municipales a pesar de los panistas.

Después se tuvo que sumar a ellos, porque no le dejaron reelegirse y llegó uno de los más negros períodos para la capital de Tamaulipas, que, en el aniversario 275 de su fundación debería tener aires de modernidad en cada calle, cada sector y cada.

En este trienio comenzaron los negocios desde la cúpula del Gobierno panista con los presupuestos de los Ayuntamientos, que, si bien se los entregaban mes a mes de acuerdo al calendario de entrega de participaciones, también sucedía que apenas caía el dinero en las cuentas de los Ayuntamientos y los alcaldes primero que nada pagaban a los contratistas y proveedores que llegaban con el mensaje de la administración panista estatal.

La capital de Tamaulipas vivió tres años muy complicados, bajo el mandato del doctor Xicoténcatl González Uresti y quien se quedó en su lugar la panista María del Pilar Gómez Leal y con ambos a las y los ciudadanos, les fue peor que en feria, porque jamás hubo algún recurso extra desde el Gobierno de Estado, más bien se trataba de impedir el desarrollo y la modernización de la ciudad, en una actitud de desdén de las y los reynosenses, quienes gozaban  echándole tierra a la zona del bien llamado Corazón de Tamaulipas por el ingeniero Eugenio Hernández Flores.

Si algo queda claro con estos altibajos tanto en obras, desarrollo urbano, imagen, presupuesto y hasta en política, es que, ya le toca a la capital del Estado tener buenos gobiernos municipales, tipo como el que hicieron Don Bladimir Joch González, Jaime Rodríguez Inurrigarro, Enrique Cárdenas del Avellano, Alejandro Etienne Llano y Óscar Almaraz Smer

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