Editoriales

Gaceta

Por: Raúl Terrazas Barraza

El adiós de la jícaras

Aquello que siempre se vio lejos, muy lejos, ya está a la vuelta de la esquina y, por cosas del destino, correspondió al Gobernador Américo Villarreal Anaya echar a andar la construcción de la planta potabilizadora con la que se marca el inicio de las obras de conducción que requiere la población de Ciudad Victoria, para mejorar su calidad de vida.

La determinación de traer agua de la Presa Vicente Guerrero ubicada en los municipios de Casas y Padilla, se tomó en la administración del ingeniero Américo Villarreal Guerra, como gobernador de la entidad y, en aquella ocasión se dijo que permitirían atender la demanda de la población victorense por 20 años.

Por el crecimiento de la ciudad y el aumento de la población, las dificultades del abasto de agua de fuentes subterráneas en las inmediaciones del municipio, la alternativa para resolver la demanda es de nuevo la Presa Vicente Guerrero, mediante la construcción de obras como esa planta cuya inversión es de 174 millones de pesos y que permitirá la incorporación de mil 500 litros más de agua a las redes de distribución de la ciudad.

Con el Doctor Villarreal Anaya estuvieron el secretario de Obras Públicas, ingeniero Pedro Cepeda Anaya, el secretario de Recursos Hidráulicos para el Desarrollo Social, Raúl Quiroga Álvarez y el secretario General de Gobierno, Héctor Villegas González, así como, el alcalde de Casas, Jorge Humberto Hinojosa García.

Las explicaciones de la obra fueron dadas, lógico, por el secretario Cepeda, quien hizo ver que la construcción de la planta potabilizadora es parte fundamental para la segunda línea del acueducto que será de 57 kilómetros y cuyos recursos ya están autorizados por el Gobierno de la República, para ejercerlos el año que viene.

El titular del Poder Ejecutivo hizo ver, que la planta estará más cerca de la fuente de abastecimiento, aspecto que cuenta mucho para que, el agua cruda no deba de viajar muchos kilómetros y será mejor que allá mismo, en el municipio de Casas se potabilice, para incorporarla en forma directa a las redes de distribución. Así se tendrá un gran ahorro de energía eléctrica y desde luego eficientiza la operación del abasto.

Decir que el Gobierno del Estado hace la parte que le corresponde, porque gestiona recursos con la Federación y decide inversiones propias para resolver por muchos años más la demanda de agua potable, toca a la COMAPA, que, aunque todavía es municipal, deberá hacer la suya, para que nadie deje de pagar nunca el recibo de agua y recuperar las exorbitantes cantidades de dinero que los morosos no pagan porque nadie les dice nada.

Hay una obra que siempre fue indispensable para evitar el arrastre de material particulado de las fuentes de abastecimiento y que no se construyó hace 32 años porque no se requería, el área de sedimentación y floculación que, ahora sí se realiza y servirá para que el agua antes de su potabilización, no lleve sedimentos, esos que iban a dar a las plantas potabilizadores de la primera línea y que se tapaban de inmediato y batallaban días completos para limpiarlas.

No se ha dicho, pero, es probable que la potabilizadora victorense, ubicada en territorio de Casas, sirva para garantizar el abasto de agua de los habitantes de ese municipio que, ahora tiene a su cargo como Alcalde el sobrino del siempre bien recordado maestro, Luis Humberto Hinojosa Ochoa, Jorge Humberto Hinojosa, solo se requerirá conectar un tubo a la red de ese lugar.

Algo más que debe de considerarse con el arranque de las obras hidráulicas para que, haya más oportunidades de crecimiento de Ciudad Victoria y al mismo tiempo se convierta en una capital del Estado digna de todos los tamaulipecos, como lo señalara el Gobernador Villarreal Anaya, se abona un mucho a la condición anímica de los ciudadanos, al registrar en su mente que el compromiso del Gobernador ya es una realidad y que, a la vuelta de unos meses el abasto de agua para uso y consumo humano no le quitará el sueño a nadie.

Dicho en otras palabras, la gente ya debe pensar en serio en aventar las jícaras porque la nueva planta potabilizadora y la segunda línea del acueducto obra de otro Américo Villarreal, servirán para mucho más de 30 años, 40, si se toma en cuenta que, la primera línea toda su infraestructura que serviría para 20 años alcanzó para 32.

El adiós a las jícaras ya se visualiza y con ello, se genera tranquilidad para los ciudadanos y la posibilidad de que, más empresas puedan instalarse en la capital del estado, una ciudad en la que, el agua dejará de ser problema.

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