Locales

Narra Doña Andrea Esparza la triste tragedia del “Tamaulipeco” que se hundió en el Río Soto la Marina

Fue la única sobreviente

            Al cumplirse 54 años la triste tragedia del hundimiento de un autobús de la línea Transportes Tamaulipecos de la Costa, ocurrida un 19 de febrero de 1970, la única sobreviviente de este accidente, Sra. Andrea Esparza, narró en un video para El Redactor, como sucedió el hundimiento.

            En la página de Facebook de El Redactor se transmitió el pasado 19 de febrero la narración que nos hace Doña Andrea Esparza, quien dice haber salido de Río Bravo junto con Doña Paz rumbo a Soto la Marina, ya que se casaba el hijo de ella y llevaba el vestido de la novia.

            “Yo iba muy feliz porque mi papá me había dado permiso de ir a la boda y Doña Paz por la boda de su hijo” y recuerda que al llegar Cd. Victoria fueron a un mercadito donde buscó un collar que le hiciera juego con su vestido, pero que no encontró y que compró no de muy buena gana, una medalla de la Virgen de Guadalupe y el Angel de la Guarda, misma que Doña Paz le puso.

            Relata que después abordaron un “Tamaulipeco” para llegar a Soto la Marina y que el lugar donde les tocó iba una ventanilla abierta que no pudieron cerrar, comentando que tampoco olvida que de Victoria venía a Soto un señor que pensaba poner una panadería.

            Dice que al llegar al bordo del río para que el autobús subiera al chalán que todavía no llegaba totalmente a la orilla, no bajaron del autobús y que iba tan recio que solo escuchó un fuerte golpe cuando la unidad entraba al chalán y se pasa de largo, alcanzando a ver por el espejo los ojos muy abiertos del chofer que iba muy asustado, alcanzando a ver que la persona que cuidaba el chalán al ver lo que sucedía se metió a una caseta, empezando a gritar la gente y que Doña Paz se golpeó con el fierro asiento de adelante quedando bajo abajo, que la movía y no respondía.

            Agrega Doña Andrea, que el autobús cayó en el centro del rio, que se salió por la ventanilla que iba abierta después de muchos esfuerzos, que salió pero regresó de nuevo al autobús porque se le había quedado atorado su medalla, indicando con tristeza que un joven le pedía que lo ayudara pero que ella no podía, porque casi no podía nadar porque llevaba una chamarra muy gruesa.

            En otra parte de su narración, Doña Andrea expresa, que regresó a Río Bravo y tardó dos o tres años en volver a Soto la Marina, porque tenía pavor subirse a un autobús, además de que la gente cuando la veía decía, “ahí va la ahogada”, “ahí viene la ahogada”, “como estas ahogada”, cosas que nunca va olvidar, dijo con tristeza, “esa es mi historia, que me hace recordar la historia del chalan”, dijo finalmente.

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