Editoriales

Gaceta

Por: Raúl Terrazas Barraza

*A un año de la pandemia de COVID-19

Pareciera que marzo, el mes en el que infinidad de cosas cambiaron para los mexicano y los ciudadanos de todo el mundo debido a la emergencia sanitaria instaurada para hacer frente a la pandemia de COVID-19, pero, del año pasado, será el lado opuesto de las cosas un año después, es decir, en este marzo 2021 que inicia esta semana.

De acuerdo a la información del Comité Estatal de Seguridad en Salud, las condiciones en Tamaulipas mejorar porque desaparecen semáforos amarillos en una veintena de municipios que fueron descritos como verdes debido a una notorio baja en los registros de contagios, entre ellos está Ciudad Victoria, la capital estatal.

De cualquier manera deben mantenerse las medidas sanitarias preventivas, porque la generalidad de la población no quiere que haya nuevos repuntes que obliguen a las personas a estar de nuevo sin salir de casa y que los establecimientos comerciales se cierren para evitar que los consumidores acudan, dado que es la única forma de educir los niveles de contagio del coronavirus.

También se ha apostado mucho a las vacunas, a las cuales se atribuye que la mortalidad por COVID-19 pueda evitarse en un 80 por ciento y desde luego genera tranquilidad y paz a grupos importantes de la población, en especial las personas de más de 50 años a quienes, desde el principio se ubicó como de alto y grave riesgo.

El hecho de que los jóvenes estén en casa desde hace casi un año y que los niños entraran también en las medidas sanitarias, no implica que pueda resultar con las mismas afectaciones de los adultos, aunque sí los portadores del virus debido a la movilidad que tenían y con ello infectar a sus padres, abuelos o tíos.

El manejo de la pandemia en México ha recibido infinidad de criticas, debido a la forma superficial con que se tomó desde el principio en comparación al esquema usado en muchos países a los afectó primero que a México, sin embargo, se trabajó con aquello que hubo hace un año, entre otras cosas la falta de respaldo del gobierno de la República a las entidades federativas, como resultado de la centralización de la información y de las acciones, para que nadie más que la administración federal se llevara el aplauso de los ciudadanos.

Dicho en otras palabras, los mexicanos que analizaron las cosas y se percataron del descuido que incurrieron las autoridades federales, tenía razones de carácter político que alcanzan su máxima exposición con el programa d vacunación contra COVID-19 que se lleva a cabo de manera lenta en el país.

Hay quienes consideran que la opción de la vacunación hasta fue planeada en función de las acciones que corresponden al calendario electoral, porque, después del 15 de abril, cuando ya haya campañas proselitistas en el país, los que resulten candidatos del partido del Gobierno Federal, contarán con muchos datos que pueden producirles votos el seis de junio venidero.

A lo mejor las cosa son deben llegar hasta allá, sin embargo, los listados de adultos mayores que tienen en su poder los llamados siervos e la Nación, a todo mundo dan mala espina y llega a considerarse que, con teléfonos y direcciones en archivos, permitirán que en los días de silencio electoral que habrá antes de las votaciones, esos personajes se moverán en todas direcciones para recordar a los ciudadanos que la vacuna conseguida por el Canciller Marcelo Ebrard Casaubón y aplicada por las fueras armadas, evitaron el padecimiento y generó paz y tranquilidad en las familias.

Que se despeja el panorama a partir de este mes, antes que nada, es el deseo que todos quieren y que de esa manera las empresas retomarán la senda productiva, comercial y de ventas, pero, antes que nada está mantener las medidas sanitarias establecidas por las autoridades de salud, de no ser así, hay peligro de contagios y que los colores del semáforo se reviertan en los municipios de la entidad, es decir, que los verdes sean de nuevo amarillos, estos anaranjados y que de nuevo existan los de color rojo.

Está en la población, en las empresas, en los grupos sociales y en las autoridades trabajar con a misma intensidad que se ha hecho durante este año para controlar la epidemia del COVID-19, que afectó a muchas familias y que, las hay que, algunos de sus miembros que tuvieron el virus y se recuperaron, puedan presentar secuelas que dañen su salud, por tanto, las medidas preventivas deben mantenerse en todo lo alto.

El otro punto es que, en la antesala de las campañas proselitistas de los candidatos de todos los partidos políticos, las medidas preventivas no pueden dejarse de lado y dar rienda suelta a la movilidad, porque si bien los equipos de campaña cumplirán con su cometido, quienes asistieron a las reuniones pueden resultar afectados, porque se expusieron al riesgo de contagio del coronavirus.

La Secretaría de Salud tendrá que definir las estrategias a seguir y ponerlas en manos del Instituto Estatal Electoral que tiene a su cargo Juan José Ramos Charré, para mantener a raya a los partidos y sus candidatos a efecto de evitar reuniones, mítines y movilizaciones cuyo propósito es convencer a los electores de que voten por ellos.

Hay resultados concretos de la vigilancia epidemiológica de la pandemia en México, sobre la afectación por el virus y en todos los casos el aumento en la cantidad de contagios y aquellos que dieron lugar escándalos porque infinidad de personas que acudieron a eventos sociales se enfermaron, por ello, primordial será que, las actividad proselitistas no se conviertan en la causa de casos y más casos de COVID-19, en un escenario como el actual de colores verde y amarillo.

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