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Gaceta


Por: Raúl Terrazas Barraza

*Alianza Federalista, agravios y presupuesto

Ahora que muchos apuestan por una confrontación entre Gobernadores y el Presidente de la República, es obvio que aparezcan las razones y desrazones.

Los mandatarios de las entidades que no están de acuerdo con la gradual reducción del presupuesto, sobre la base de la autorización otorgada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, suben la voz para señalar acciones injustas en la distribución de los recursos que son captados vía impuestos.

Analistas políticos, tienen en su agenda este asunto discordante entre titulares de Poderes Ejecutivos, entre otras cosas porque compromete el Pacto Federal y podría darse el caso de un quebranto en la República.

A fuerza de ser sinceros, el asunto va más allá de los pesos y los centavos del presupuesto, aunque eso cala, porque reduce la capacidad resolutiva de los gobiernos locales, sin embargo, desde el primero de diciembre del 2018, los titulares de las gubernaturas tuvieron que aguantar una serie de agravios que, cualquiera en su juicio no los puede olvidar.

Al iniciar el sexenio hubo una gira del nuevo presidente de la República por el país y bastaron los primeros cinco eventos para darse cuenta de que, la intensión era molestar a los Gobernadores del país, en especial a los de la oposición, es decir, del PRI, PAN, Movimiento Ciudadano y el Independiente, porque aparecieron los abucheos contra ellos de parte de los ciudadanos que acudían a mostrar su respaldo al Titular del Poder Ejecutivo Federal.

Muchos la llamaron la gira del ninguneo, al dar la impresión de que, la presidencia de la República emprendió una estrategia para minimizar a los adversarios políticos, como estrategia para que la nueva administración trazara su raya con los gobiernos ya establecidos.

La mayoría de los Gobernadores tuvieron que pasar por ese trago amargo, aunque a la par, fueron designados los Delegados Federales o representantes de la presidencia de la República, quienes aparecieron con un afán de protagonismo político que tendía a competir en asuntos de política con los Gobernadores de las entidad.

Las tensiones entre los responsables de los poderes Ejecutivos en sus diferentes niveles debieron de complicarse, porque los mandatarios buscaron la manera de adelantarse a los abucheos y a través de las reuniones de la Conferencia Nacional de Gobernadores se sintió la fuerza de los mandatarios que discrepaban con el tipo de relación sugerida a partir de las actitudes del equipo que trabaja en torno al presidente Don Andrés López Obrador.

El resto de la historia ya se sabe y para no hacerla muy larga, recordar que de unas semanas para acá una decena de Gobernadores dejaron la CONAGO y se constituyeron como la Alianza Federalista cuyo objetivo es obtener del Gobierno Federal el respaldo comprendido en la Legislación, que haya diálogo sobre los temas sensibles o no que repercuten en las entidades, en especial aquello que se relaciona con el dinero público, mismo que es generado en mayor proporción desde las entidades que pertenecen a la Alianza.

Desde esta semana, el posicionamiento de los Gobernadores entró a la agenda del Presidente de la República, quien mantiene una actitud que no apunta para nada al diálogo, aunque existan palabras como colaboración, respeto y trabajo para apoyar a los habitantes de las entidades cuyos gobernadores pertenecen a la Alianza Federalista, situación vivida en la ciudad de Nuevo Laredo apenas el domingo pasado, porque López Obrador aceptó las diferencias que tiene con las autoridades de esta entidad.

Cierto es que no pueden quitar todos los recursos a las entidades del país y que las ministraciones de presupuesto se hacen conforme a un programa, sin embargo, las formas no son las adecuadas porque se señala con el ataque y se dice ayudar con la reducción del presupuesto, como puede constatarse en el caso de Tamaulipas, que tendrá en el 2021 tres mil 500 millones de pesos menos que en este 2020, con todo y que, el Diputado de esta entidad, Erasmo González Robledo, quien es presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, aseguró hace algunas semanas que el presupuesto del año que viene sería igual que el actual.

Es probable que esto de la Alianza Federalista de para mucho en el futuro mediato y, a pesar de que el Secretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera Gutiérrez, hizo el compromiso de revisar con los Secretarios de Finanzas de las entidades la situación presupuestal, queda en el cajón del olvido la propuesta de los mandatarios sobre la realización de una gran Convención Hacendaria en le que se generen nuevos esquemas de distribución presupuestal y se consideren observaciones de las entidad, antes de llevar a cabo cualquier enmienda a las Leyes vigente mediante la aprobación de las Cámaras Legislativas.

En el caos de los presidentes municipales, las cosas son más complicadas, porque que intento de ser escuchados por los habitantes del Palacio Nacional, quedó en nada y eso que el alcalde de Victoria, Xicoténcatl González Uresti tocó con todas sus fuerzas en una de las entradas del referido inmueble.

De acuerdo a versiones de alcaldes de ciudades grandes, ir a la capital del país es perdida de tiempo, así se trata de aquellos que gobiernan municipios con los colores del Partido Movimiento de Regeneración Nacional, ya que, en casi todos los casos, les señalan la imperiosa necesidad de que se pongan de acuerdo con los Delegados Federales, cosa que, nunca sucederá, porque cada quien trae su tema y no se compaginan para trabajar en el mismo sentido.

La prueba fehaciente de ello es que, en las obras por más de mil millones de pesos que se hicieron en las tres ciudades grandes de la frontera de Tamaulipas, el Delegado Federal, José Ramón Gómez Leal, nada tuvo que ver, más bien, desde la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, vía su titular, el Arquitecto Román Meyer Falcón, se acordaron obras de parques públicos, vivienda, algo de pavimentación y equipamiento urbano, aunque la realidad no fue aquello que plantearon los alcaldes, más bien las obras que ya estaban aprobadas desde la federación y que se harían en un tiempo determinado, para que el presidente acudiese a las entidades a inaugurarlas.

En materia de presupuesto las cosas serán más difíciles para le año que viene, porque los costos de todos los insumos se incrementan y en cantidad las asignaciones son menores, de ahí que los tiempos serán complicados y los recursos escasos, las necesidades más grandes por el asunto de la pandemia y la contribución en eso de la reactivación económica seguirá en meras intensiones.

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